Arte y Ciencia

Cuando pienso en la astrología es imposible no pensar en arte.

El solo escuchar la palabra astrología, nos transporta a diferentes tiempos de la humanidad. Nos conecta directamente con lo ancestral y sus incógnitas.

Y, lo más importante, nos conecta con el maravilloso arte del cielo.

La bóveda celeste, la mayor creación, posiblemente antes del hombre, es un misterio que encierra historias, reflexiones, deducciones y conclusiones humanas.

Sin embargo, nuestras dudas siguen vigentes, hasta hoy, con respecto al significado de la astrología.

A pesar de que los caldeos lograron, con sus observaciones de las estrellas, establecer una relación con la agricultura y la navegación, apesar que dividieron el circulo en 360 grados, el dia en 24 horas,  la hora en 60 minutos, el minuto en sesenta segundos y la división del cielo en 12 signos zodiacales de 30 grados cada uno.

A pesar de que los chinos introdujeron el horóscopo lunar, que los hindúes basan parte de sus raíces filosóficas en la astrología, que los romanos la utilizaron como una herramienta de previsión de acontecimientos políticos y sociales del imperio, que Santo Tomás de Aquino fue un gran estudioso y practicante de esta ciencia en la edad media donde el título de astrólogo era reconocido.

A pesar de que las civilizaciones, egipcias, aztecas, mayas e incas hayan dejado pruebas palpables de la importancia de la astrología.

A pesar de que Copérnico, Isaac Newton y Kepler, matemáticos reconocidos, utilizaran la astrología como una herramienta de pronóstico.

A pesar de todo lo expuesto y mucho más, la astrología fue cuestionada y mal utilizada a través de los tiempos y se mantuvo en el oscurantismo por largos años.

Nada dura para siempre. La astrología recupera su fuerza en estos tiempos, cuando uno de los grandes científicos y pensadores de este siglo, despierta su interés por esta ciencia: Carl Jung.

Jung experimentó con los fundamentos de la astrología y los comprobó en la práctica mediante trabajos estadísticos y experimentos controlados.

La astrología puede ser definida de muchas maneras y todas las definiciones nos llevaran hacia el camino que deberíamos tomar para que se dé el encuentro con nuestro ser interno.

No obstante, y tomando en cuenta la relación entre el Arte y la Ciencia debo dejar testimonio de que las experiencias personales con cada individuo, en mis consultas astrológicas, me llevaron a concluir que una carta natal es:

Una obra de arte de la divinidad matemática, racionalmente expuesta delante de la mirada del intérprete de la obra y maravillosamente comprendida por el creador de esta.

Interpretar un mandala astrológico que está compuesto de símbolos, números, y líneas, requiere de una capacidad racional y visionaria de todos los tiempos (pasado, presente y futuro).

Los planetas, las estrellas, las luminarias, las constelaciones, en fin, el cielo, se han representado en pinturas, esculturas y composiciones musicales majestuosas.

Ningún otro estudio dentro del margen del conocimiento humano contiene las posibilidades que ofrece la astrología para ayudar al hombre a entender la Leyes Universales. Y, en consecuencia, a poder vivir con ellas en armonía.

La astrología está formada por una base científica y una filosófica, convirtiéndose de esta manera en una ciencia y un arte.

Para concluir, quiero aclarar, que el astrólogo debe acercarse a la ciencia para aprender sus métodos de control y registro, pero no debe olvidarse de las verdaderas tradiciones milenarias, que le dieron forma y color a lo sublime de nuestro espíritu.

Cuando los astrólogos contemporáneos seamos capaces de equilibrar las dos caras de la moneda: la técnica científica y la filosofía espiritual, lograremos colocar nuestra profesión en un lugar predominante y respetable como en otros tiempos.

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