La pareja y los cambios

Cuando afrontas la inevitabilidad del cambio, a veces es conveniente abandonarse en la quietud del no saber.

Desapegarse de lo cómodo y de lo familiar, puede ser una bendición. El apego al pasado, el miedo al futuro, el orgullo, la necesidad de controlar, la idea equivocada de que todo iría bien si tu pareja hiciera las cosas de otra manera, son los grandes obstáculos que impiden el cambio.

De modo que, hay que hacer del cambio un aliado, dejar que su energía nos eleve y nos ayude avanzar.

El arado del cambio corta, ineludiblemente, los surcos de nuestras vidas como fueron establecidas.

Cuando nos sobreviene un cambio radical, siempre tendremos una opción.

Podríamos resistirnos a las circunstancias o podremos elegir adaptarnos a las nuevas condiciones.

Aunque estés lamentándote por el final de una relación, o la muerte de un ser querido, resulta reconfortante entender que también, a la pena le llega su momento de madurar. Y, que el paso del tiempo, alivia todo sufrimiento.

Una verdad alentadora sobre los tiempos turbulentos, que nos ha tocado vivir, es la siguiente:

Nadie sabe exactamente qué tiene que hacer a continuación.

Y, eso curiosamente, hace que todos seamos iguales, más de lo que habíamos sido nunca.

De modo que, seamos bondadosos con todos los que nos encontremos en el camino, porque nunca sabemos, de dónde vendrán las respuestas.