Los Niños de Capricornio

Estas pequeñas cabritas montañeras son pacíficas mientras no se agote su paciencia. Cuando se les acaba, la ira puede llegar a convertirse en un volcán lacerantemente frío.

Desconfían de los extraños y prefieren estar con personas conocidas, en su espacio seguro.

Les molestan los cambios. Por lo tanto, desde temprana edad, hay que alterarles un poco las rutinas en todas sus áreas.

Son muy independientes. Desde temprana edad demuestran sentido práctico y una madurez que sorprende a quien pueda conocerlos.

Son perseverantes, responsables y disciplinados. No paran hasta alcanzar lo que se han propuesto.

Les gustan las rutinas y los ambientes organizados. Es importante que sus padres estén pendientes de todos sus logros y los feliciten por ello. Pues le conceden mucha relevancia a esa parte de su vida.

Son niños obedientes que necesitan explicaciones prácticas pues son los herederos del pragmatismo de su padre Saturno.

La única manera de que estos niños íntimamente soñadores acepten la autoridad y la disciplina es que se la expresen de forma clara, breve y seria, con EJEMPLOS PRÁCTICOS.

No le gustan los sermones. Los rechazan de pleno.

Toman la vida muy en serio, a pesar de su corta edad. Es por ello por lo que deben ser alentados a divertirse, pero sin imposiciones pues atienden mejor a las razones.

No aceptan los controles, para ellos es suficiente que les digas una sola vez las cosas.

Tienden a ser observadores y te sorprenderán con detalles que nunca esperarás.
Se expresarán de manera adulta y se comportan de la misma forma. Pero deben entender que son niños y no se les debe cargar de responsabilidades que no vayan acorde con su etapa.

Los colores vivos y coloridos, en su entorno y vestimenta, les ayudarán a contrarrestar su comportamiento serio y taciturno. A las niñas de este signo, les encanta jugar con tacones, collares, cremas y pinturas. ¡Así que alerta!

Los capricornianos preciosos, necesitan fuertes dosis de caricias y mimos. De lo contrario, entrarán en crisis de cólera y mal humor. Esta conducta no será compatible con su personalidad de adultos.

Los momentos de diversión y alegría natural, contribuirán a alejarlos del pesimismo y a la tendencia de ser dominantes.